lunes, 4 de junio de 2012

“El Recreo Escolar es una Terapia”




Todo niño necesita al menos media hora de esparcimiento para desligarse de las actividades académicas. En ese periodo de tiempo el niño comparte con sus semejantes, bien sea de otros salones o niveles y allí se lleva a cabo un tiempo de socialización, el cual es importante para conformar su personalidad y también para superar los posibles problemas de adaptación social o emocional que puedan presentar. Inclusive, es el momento en el que pueden interactuar con miembros de su familia que asistan al mismo plantel.





Zoraima Monserrat, docente especialista del colegio “Dr. Severiano Hernández” indica que “El recreo sirve como una estrategia pedagógica para que el niño ponga en práctica el convivir, hablar con otros alumnos, ya sean de su edad o no, y eso es bonito, porque forma parte de la vida diaria que se vive en las escuelas con los alumnos”

Cuando un niño no tiene un recreo diario en su institución, empiezan los problemas de agresividad. “Todo ser humano necesita respirar aire, correr, recrearse y sobre todo los niños que tienen exceso de energía que necesitan drenar” agregó Monserrat. “El recreo significa dispersar la mente hacia actividades sanas, es una terapia”.



Mitos sobre el Recreo Dirigido

Muchos piensan que el recreo dirigido se da cuando se le impone al niño que debe jugar y como, pero esto es falso, dado que en un receso de este tipo se debe supervisar, más no gobernar, lo que el estudiante desee practicar.

El escolar es quien debe elegir con que juegos o instrumentos didácticos quiere pasar el tiempo. Juguetes como muñecas, trompos, juegos de mesa, carritos, figuras de acción, son algunas opciones validas.

El maestro, o quien supervise estos momentos de distracción, debe ser quién marque los límites entre la diversión y una actitud agresiva o fuera de lugar.


Recreo Fuera del horario de Clases
Para Beatriz Menéndez, Licenciada en Pedagogía y redactora en el blog magazinelaguarde.blogspot.com, el recreo se puede hacer extensible a otros momentos de juego, por ejemplo un rato en el parque por las tardes donde se dan cita niños y niñas para descargar tensiones del día, relajarse y jugar.
Para los hijos es interesante cuando la tarde o la jornada del fin de semana le permiten acercarse a jugar. Por supuesto mediante la organización de horarios para que sus obligaciones no sean tantas que no les dejen tiempo de esparcimiento. Estas horas al aire libre, se vuelven más importantes especialmente cuando cada vez más las opciones de ocio tienden a la electrónica y el individualismo, restando tiempo a una interacción tan necesaria para el desarrollo personal del individuo.
 Nairim Amaya

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