El pasado 16 de junio se presentó “El Debate” obra teatral estelarizada por Laureano Márquez, Claudio Nazoa, Mariela Celis, El Profesor Briceño y Luis Chataing.
La cita era a las 7.30pm, pero debido a ciertos inconvenientes con la línea aérea, los locutores: Chataing y Laureano tomaron el camino por tierra, lo que resultó en un inesperado retraso de hora y media. Sin embargo este hecho no representó mayor molestia para los asistentes.
A 3 minutos para las 9, la animadora Laura Di Benigno, dio inicio al evento, presentando a los 5 “candidatos” y al moderador, además de reconocido escritor, Leonardo Padrón.
Cada participante contaba con un minuto para responder las preguntas y quién quisiera rebatir sólo tenía 30 segundos para intervenir.
Las preguntas fueron de temáticas muy amplias. Desde temas enteramente políticos hasta personales, y otros que no tenían nada que ver. Un ejemplo de estas preguntas aleatorias fue el momento en el que al Licenciado Márquez, se le asignó: “Explique cómo funciona el corazón humano”, del cual salió airoso por contar con material de apoyo.
Entre chistes un poco picantes y otros de ingenio también se le pidió a los integrantes del “debate político” que mostrarán cual era su supuesto “talento escondido”.
Un punto especial, que le otorgaba una comicidad extra al asunto, fueron las oportunidades en que los candidatos objetaban las opiniones de los demás, pues allí salieron a relucir los “trapitos” o reconcomios íntimos hacia los demás rivales, en tono de broma.
Durante la función se vio de relieve la personalidad de cada interlocutor. Mariela Celis, cómo única fémina del grupo, llamó la atención con algunas de sus intervenciones dirigidas especialmente hacia el estado oriental. Chataing, siguió su estilo con alegatos exagerados, muchas veces, pero aún así acertados, una de las características que lo han convertido en alguien que el público puede “amar u odiar”.
Padrón transmitió su mensaje en un tono muy solemne todo el rato, ya que era quién estaba encargado de asegurar el orden. Claudio Nazoa, a pesar de ser el mayor del grupo, se manifestó muy irreverente.
El profesor Briceño, quizás el menos conocido de la camarilla, se ganó el aplauso de aprobación del público en muchas ocasiones. Y el humor de Laureano Marquéz, estuvo marcado por sus amplias nociones en materia política y su poder para señalar ejemplos y metáforas, además de ser quién en ciertas situaciones corregía a los otros aspirantes en cuanto a conocimientos de cultura general.
Finalmente la noche trascurrió entre risas tontas, en oportunidades, y otras veces seguidas de esos chistes inteligentes de los que te ríes, una vez que reflexionas sobre el argumento; lo que dejó a la audiencia satisfecha y alegre con el show.
Nairim Amaya
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